La Ciencia Ficción

La AFI describe el género de ciencia ficción como "un género que une una premisa científica o tecnológica con la especulación imaginativa. Aún si hay un objeto volador flotando en el espacio o girando sobre una ciudad en un planeta distante, en la base de toda película de ciencia ficción hay la provocativa pregunta: ‘¿Qué pasaría si…?’ El género de ciencia ficción presenta historias y situaciones que tocan nuestras esperanzas más brillantes y miedos más oscuros acerca de lo que pudo, un día, ser verdad.”

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Frases célebres:

"Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera que revela verdades de gran valor." Isaac Asimov.

"La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existinedo y no desaparece".
Philip K. Dick.

Notas experimentales


Nota 1 – Martes, 1 de abril de 1983. 5:05p.m.
Las primeras observaciones no han sido muy fructíferas. La única noticia positiva es que he hallado los primeros sujetos que buscaba. Mis vastos conocimientos en lenguas antiguas no me han servido de nada. Los tres sujetos de sexo femenino, observados esta tarde, han permanecido sentados en unas pequeñas rocas. Se han dirigido pocas palabras que no he logrado comprender ni por los gestos ni por el contexto de sus acciones. Por hoy habrá suficiente. Ahora que ya los tengo localizados, me instalaré en las cercanías para llevar a cabo el estudio Psico-sociológico de las tribus aisladas, que he venido a realizar.
Nota 2 – Miércoles, 2 de abril de 1983. 7:25p.m.
Hoy he traído todo el equipo. No me ha resultado sencillo permanecer escondido, pues son buenos cazadores y por lo tanto, sus sentidos están más desarrollados. Debo mantener una distancia más que prudencial para que no me vean. He instalado varios micros cerca de su “campamento” esta madrugada cuando dormían. Con el zoom de mi cámara podré verlos sin que perciban mi presencia. Hoy he divisado dos sujetos de sexo masculino. El mayor estaba enseñando a cazar al joven. He podido verlos sonreír en varias ocasiones, lo que me indica un carácter social y amigable. También podrían ser padre e hijo, aunque no estoy seguro de ello. Las mujeres, que hoy volvían a estar sentadas en las rocas, se pintaban y embadurnaban el cuerpo las unas a las otras y parecían divertirse.
Nota 3 – Jueves, 3 de abril de 1983. 3:25p.m.
Hoy los hombres no han ido a cazar. Se han reunido en una de las cabañas más grandes. Aún teniendo poca visibilidad, he podido distinguir algo que podría definir como “acto festivo”. Los niños entraban con frutas haciendo una especie de ritual mirando al cielo y recitando palabras melódicas. Posiblemente se trataba de un agradecimiento a sus dioses por la comida que les ofrece la naturaleza. El chico que había aprendido a cazar el día anterior, traía entre sus brazos un ciervo muerto. Tras una reverencia, acarició el pelaje del cervatillo mientras entonaba unas palabras suaves y comprensivas. La armonía que se respira en este ambiente es especialmente curiosa para un hombre como yo, de procedencia social-urbana.
Nota 5 – Viernes, 4 de abril de 1983 6:52p.m.
Ayer cometí un gravísimo error. Perdí uno de los potes de cristal que utilizo para el revelado de las fotografías. Me he percatado de ello al ver a unos niños jugando alegremente con eso esta mañana. No han tardado nada en darle múltiples utilidades. Primero lo han llenado de arena y luego jugaban a pasárselo hasta que han llegado los adultos y lo han cogido para analizarlo detenidamente. Tras un largo rato de silencio, el hombre mayor lo bautizó con el nombre de “Abdún”. No sé qué significa pero por el contexto de la reacción y la de los otros, puedo deducir que lo han considerado un objeto muy valioso, como divinizado, o algo así. Pues lo han elevado en dirección al cielo y han hecho reverencias. Luego, han convocado uno de sus “actos festivos” y han puesto el objeto en el centro de la cabaña. Parecen tener una organización jerárquica basada en la edad, pues el más mayor es el más venerado. También he podido observar que no hay distinciones de mando entre sexos. La única diferencia está en las tareas diarias. Los hombres cazan, las mujeres recolectan fruta y cocinan lo cazado por el hombre, también convocan reuniones.
Nota 5 – Domingo, 6 de abril de 1983 5:25p.m.
Esta mañana he visto a los hombres utilizando mi pote como lupa, para encender fuego pasando la luz del sol a través. Todavía estoy anonadado. Es increíble lo rápido que han aprendido a darle utilidad a un objeto tan prescindible para nosotros. Luego, las mujeres lo han solicitado para sus tareas. Las he visto golpeando el pote contra la fruta para romperla, luego sacarle el jugo y ponerlo dentro del pote. Los he hecho felices con un simple potecillo de vidrio… me parece muy útil para mis observaciones.
Nota 6 – Martes, 8 de abril de 1983 10:52p.m.
Esta mañana ha ocurrido algo inesperado. Tras una jornada casi perfecta, los he visto discutir por primera vez. Todos querían el pote para su uso personal. Había uno que incluso había aprendido a hacer una especie de melodía rozando el borde del vidrio y soplando con la boca en su interior. Tras la discusión han empezado los golpes. He tenido la tentación de intervenir en más de una ocasión pero sabía que no podía hacerlo. Pues ya había interrumpido demasiado su ciclo natural de aprendizaje. El chico que había aprendido a cazar hacía poco y que había escuchado que lo llamaban Zumba se reunió con el jefe, el más mayor de la tribu. Sus rostros eran de extrema preocupación, parecía que era la primera vez que se encontraban en una situación como aquella. El pote lo confiscó el jefe en su tienda y los demás aguardaron silencio ante sus mayores pero luego siguieron discutiendo hasta bien entrada la noche. Estoy preocupado, todo ha sido culpa mía.
Nota 7 – Miércoles, 9 de abril 4:26p.m.
Zumba ha cogido el potecillo esta mañana y ha preparado una pequeña bolsa de tela llena de fruta. Parece decidido a emprender un viaje. Se ha despedido de toda su familia. Me temo que quiere quedarse con el “dios potecillo” para sí, y quiere alejarlo del resto para que no hayan más discusiones. No puedo permitir que abandone a toda su familia por un pote de mi equipo de revelado. Lo esperaré en la zona oeste que es donde he visto que señalaba cuando hablaba con uno de sus compañeros.
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- Hola Zumba, yo soy amigo- Le dije en idioma antiguo con voz suave para no asustarle. Él me miró detenidamente con una mirada curiosa, y luego pronunció unas palabras inteligibles mientras sacaba el potecillo de su bolsa. Su cara tornó primero una expresión de dolor y luego de ira.
- Es mío, el objeto es mío- Le dije poniendo mis manos en mi pecho tras señalar el objeto con la intención de que pudiera entenderme. El chico puso su mano en mi hombro y me entonó unas palabras que parecían de consolación. Quizá pensó que me había ocurrido lo mismo que a ellos. Me hizo después un gesto de significado universal, quería que lo siguiera. Le seguí durante tres horas por la selva hasta llegar a una playa. Se detuvo y me miró con cara de determinación mientras volvía a pronunciar unas palabras que no entendí. Luego, empezó a correr hacia el agua y lanzó el pote con todas sus fuerzas hacia el mar. Cuando se giró para mirarme, vi como su sonrisa delataba el alivio que debía estar sintiendo. Entonces comprendí. El “objeto divino” debía volver al lugar del que procedía. Y para ellos, una tribu aislada, el mar era el horizonte que separaba su mundo del de sus dioses.
Aprendí que las posesiones materiales son las responsables del comportamiento hostil, de la codicia, de la envidia y de la ambición. Y comprendí que tras esa tribu existía un conocimiento más profundo sobre la vida del que jamás nos hubiéramos podido imaginar. Curioso que ellos se dieran cuenta a tiempo para rectificar y nosotros, en cambio, sigamos peleándonos por un potecillo de cristal.